La operación reglamento no es una operación tortuga, aunque lo parezca y así la muestren algunos medios informativos poco informados: una operación tortuga es caprichosa: el que está en operación tortuga trabaja a un ritmo muy lento, a priori, y no se compadece con reglas, con el único criterio de mayor perjuicio para mejor presión. La operación reglamento se llama de esa manera porque se acoge a las reglas internacionales.
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La misión del controlador aéreo es mantener el tránsito seguro y rápido: en tiempo de vuelo. Las separaciones no son a discreción o caprichosas, están reglamentadas; el reglamento recomienda unas separaciones mínimas y dice muy claramente: se aplicarán separaciones iguales a las mínimas o mayores a ellas, para mantener la seguridad;pero también el tránsito debe ser "seguro , ordenado y rápido".
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La misión del controlador aéreo es mantener el tránsito seguro y rápido: en tiempo de vuelo. Las separaciones no son a discreción o caprichosas, están reglamentadas; el reglamento recomienda unas separaciones mínimas y dice muy claramente: se aplicarán separaciones iguales a las mínimas o mayores a ellas, para mantener la seguridad;pero también el tránsito debe ser "seguro , ordenado y rápido".
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Muchos controladores se riñen el título de"mejor controlador": "soy capaz de mantener la mayor cantidad de aviones volando en mi espacio aéreo, y separados mínimamente". Ciertamente, si , eso es factible...pero dadas las diferentes velocidades y rendimientos ascencionales de las aeronaves que usan el espacio aéreo esa proeza tiene un costo personal: el stress.
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Una ocasión se me entregó, volando de Bogotá a la zona caribe, una aeronave que volaba a 130 nudos; segundos después Olaya Herrera pidió autorización para despegar una aeronave hacia la misma zona; este segundo avión volaba a 300 nudos, más del doble de la velocidad del que ya estaba en el aire en la misma ruta. Cómodamente yo podría haber ordenado al aeropuerto: "despéguelo dentro de veinte minutos" y eso hubiera sido reglamentario, pues con esa demora llegarían reglamentariamente (diez minutos) separados al destino porque allá no había radar.
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Esa solución se me pasó por la cabeza, pero veinte minutos hubiera sido, en opinión de los pasajeros,excesivo... debía buscar otro modo. Decidí jugármela y demorarlo sólo cinco minutos para garantizar una separación de al menos cinco millas, por detrás, al cruce de ruta y nivel de vuelo con el primero; pero un avión de turbina consume mucho más combustible a bajas altitudes. Decidí entonces reducir la velocidad del segundo y separarlo mediante el radar para sacarlo de la ruta propuesta, caso en el cual yo asumí la responsabilidad del piloto, pues era yo quien estaba llevando la navegación del avión, razón adicional para estar tenso, porque si algo le ocurriera a ese avión durante su vuelo, yo sería el único responsable del suceso.
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Más aún: debía entregar ese avión separado por debajo del primero a la estación de destino: no podía mantenerlo al mismo nivel de vuelo porque la separación debería ser más del doble de la que quería aplicar; y para entregarlo al destino por debajo del primero debía separarlo, en mi área, con un mínimo de cinco millas al momento del cruce de niveles de vuelo, pero debía separarlos antes de que el primero estuviera a cuarenta millas o más de mi radar; si esto no se cumplía, debía separarlo con diez millas...menudo problema porque corría el riesgo de separarlos por la mitad de lo reglamentario.
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Mantuve al segundo por encima del primero casi hasta el límite de mi área y finalmente lo descendí a través del nivel del anterior, hasta el mínimo nivel de vuelo de esa ruta, ambos a la misma altitud por unos segundos, cuidando que la separación nunca fuera de cinco millas. El radar me mostraba: cinco coma seis, cinco coma cinco, cinco coma cuatro...al mismo nivel de vuelo. El supervisor me gritó desde su puesto:
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-Bravo Victor, ¿sabe lo que está haciendo?
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-Si, tranquilo - pero mi tensión era máxima -
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El supervisor se paró detrás mío:
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-¿quiere que tome su puesto ?
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-No...puedo resolverlo, gracias - pero yo estaba con la adrenalina al techo, calculando los segundos - ¡descienda de inmediato! - Le ordené al segundo piloto
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A partir de ese punto podía bajarlo mil pies por debajo del primero, no antes porque estaba al mínimo nivel de vuelo de ese tramo de ruta, pero al siguiente el mínimo era mil pies inferior, y estaba en el límite de cuarenta millas desde el radar.
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Se considera separación radar cuando ambos aviones están separados al menos trescientos pies verticalmente. La separación de cinco coma cero millas se dio a ¡ trescientos pies!. Suspiré aliviado. El supervisor me ordenó salir a descansar de inmediato. Qué tensión.
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Por suerte esto sólo me ocurrió una vez. Me tomé media hora de descanso, al regreso mi supervisor me dijo que lo había hecho perfecto pero que nunca más debía intentarlo de nuevo, y estuve de acuerdo.
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Cuando un controlador siente que no está en capacidad de mantener separaciones combinadas por cualquier razón: stress, problemas médicos, personales, económicos, incomodidad y un gran etcétera que afectan a cualquier persona, nunca debería intentar ceñirse a las separaciones combinadas: un instante de desconcentración puede acarrear un incidente de separación irreglamentaria, en el mejor de los casos. Es mejor aumentar la separación a lo reglamentario. La desmotivación es un factor humano que influye en la capacidad de resolución de conflictos, para prevenir su influencia, es mejor aplicar separaciones simples, reglamentarias.
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Las operaciones reglamento no pueden se abusivas ni caprichosas, además si se presentara alguna emergencia o urgencia el dicho vuelo, por ejemplo un vuelo ambulancia, recibirá toda la prioridad para proceder sin demora a su destino, otra actuación sería conducta criminal, y estaría completamente opuesta a la misión del controlador.
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Las operaciones reglamento no pueden se abusivas ni caprichosas, además si se presentara alguna emergencia o urgencia el dicho vuelo, por ejemplo un vuelo ambulancia, recibirá toda la prioridad para proceder sin demora a su destino, otra actuación sería conducta criminal, y estaría completamente opuesta a la misión del controlador.