Llegué al aeropuerto El Alacaraván de El Yopal, como es costumbre antes de las once cero cero hora Zulú, o UTC, que es conocida como de Greenwich, y que en el Yopal eran las seis horas a.m.
.
El cielo era azul, ni una nube; hermoso día para volar. corria el año de 1983 y llevaba unos seis meses de estar trabajando en este aeropuerto, el mismo tiempo más un mes hacía que terminé mi curso básico, de controlador de aeródromo en el Centro de Estudios Aeronáuticos. Había volado algunas veces en el puesto del copiloto en algunas rutas visuales a diferentes pistas de los llanos. Volando de “copiloto” había escuchado al piloto llamar a la torre de control y pedirle a mi compañero un “reporte meteorológico actual”, cuando el reporte no había sido muy bueno y algún piloto que escuchaba no estába de acuerdo con el controlador simplemente llamaba a su amigo:
.
-Cámbiate a cero cero.
.
Con lo cual quería decir : cambia la frecuencia a la misma en que estamos pero con sus ultimas dos cifras iguales a cero, es decir, si estoy en 118,50 megahertz (millones de ciclos por segundo) debo seleccionar la frecuencia118,00 Mhz.
.
-Mira si te vas por mata de pantano está mal pero si subes hasta el rio Charte podrás aterrizar sin problemas.
.
-Ok- Cambiando a torre de nuevo – torre autorízame el rio charte.
.
Esto sucedía porque todos los pilotos sabían que nosotros estabamos recién salidos del curso y éramos inexpertos, por lo tanto no creían en nuestros reportes. éramos, como se dice, NIBRAS o sea NIños de BRAzos, de acuerdo con la jerga de despachadores de vuelos y pílotos.
Aquella mañana no era ese el problema, el clima estaba excelente, CAVOK (Ceiling And Visibility OK, altura de nubes y visibilidad OK). A las ocho de la mañana observé varias nubecitas muy pequeñas distribuidas uniformemente en el cielo. Una hora más tarde ya eran más grandes pero se encontraban más o menos a la misma distancia que antes; una hora más tarde las nubes ya eran del tipo cúmulos castelanus. Aunque en el curso de meteorología nunca nos entrenaron para hacer seguimiento al clima o a hacer pronósticos, noté que las nubes crecían de manera uniforme y paulatina. Una hora después los cúmulus castelanus eran enormes. Por solamente curiosidad llamé al aeropuerto de Trinidad, al oriente de El Yopal y pregunté al controlador de torre cual era su reporte hacia el oeste (hacia el Yopal).
.
-Mira Yopalito veo cúmulos.
-Y hacia el noreste?
.
-También cúmulos.
.
Veía lo mismo que yo veía, así que el “frente” de nubes debía estar desplazándose desde el noreste. Hacia allá están los aeropuertos de Arauca y Tame, llamé a ambos y pedí su reporte hacia al noreste sobre su estación y el suroeste. Tal como lo imaginaba, al noreste el clima era malo y a medida que se alejaba hacia el suroeste mejoraba.
.
Decidí tomar el mapa y dibujar zonas de distribución por tipos de nubes , de acuerdo con lo que me habían informado mis compañeros de los otros aeropuertos. Pude ver claramente como se movía el clima hacia mi estación, casi como si mirara una fotografía de satélite.
.
Pedí otros reportes en otras dos ocasiones y tenía una estimación de la velocidad a la que se movía el “frente “de mal tiempo. Podía calcular que a las tres de la tarde tendría una situación de muy mal tiempo en mi aeropuerto.
.
Decidí, entonces, informar a los pilotos en mi frecuencia, desde el mediodía, que a las tres podría cerrarse el aeropuerto por mal tiempo. Debieron reírse y mofarse en sus cabinas. Yo no he recibido formación como meteorólogo, escasamente como observador meteorológico y estaba atreviéndome a hacer un pronóstico y asegurar, además, una hora precisa de un fenómeno que en ese momento parecía muy poco probable.
.
Eran las tres y media de la tarde y al noreste había un cumulonimbus monstruoso con una base gruesa en forma de cornisa, oscura y rodeada de grandes nubes de lluvia. El viento aumentaba en ráfagas. Un avión alcanzó a aterrizar antes de que se desatara la tormenta, le informé al piloto que probablemente no alcanzaría a despegar para su regreso a Bogotá, y el piloto muy cortésmente me acusó recibo antes de apagar sus motores.
.
Más tarde, quince minutos después, se desató un fuerte aguacero con vientos cruzados de hasta treinta nudos ( unos cuarenta y cinco kilómetros por hora) vi salir a los pilotos y a los pasajeros corriendo hacia el avión, aunque faltaban quince minutos para la hora proyectada de despegue, encendiendo motores de afán aún antes de terminar de cerrar la puerta de acceso a la aeronave. Ya el monstruoso Cumulonimbus estaba sobre el aeropuerto y era miedosamente bajo, tapando la totalidad de la cordillera.
.
-Yopalito, permiso para encender motores y rodar hacia Bogotá, acuerdo plan de vuelo
.
-Negativo, aeropuerto cerrado, vientos cruzados de hasta treinta nudos y lluvia fuerte.
.
-Erre, Yopalito, cancelamos despegue y pendiente para apertura de aeropuerto.
.
A partir de ese día cuando hay mal tiempo en el aeropuerto y le informo a las tripulaciones acerca de él, nadie había vuelto a decir por el radio: Cámbiate a cero cero.
No hay comentarios:
Publicar un comentario